En el mercado actual son cada vez más los sistemas constructivos que tienden a la industrialización dejando atrás el proceso constructivo tradicional que utiliza cemento, arena, ladrillos y mano de obra artesanal. Uno de los tantos sistemas industrializados en auge es el de la utilización de encofrados móviles de aluminio.
El sistema de encofrados de aluminio consiste en materializar una vivienda (muros, losas y vigas) mediante la utilización de un molde de aluminio, fabricado a medida según la arquitectura del proyecto.
Entre las casas que comercializamos en Jorge Morel Consultores Inmobiliarios, Casas de Santa Ana y Casas de San Patricio utilizan este modelo, ya que el sistema permite amortizar el uso de los moldes, reduce notablemente los tiempos de construcción y disminuye el desperdicio en obra. A esto se le suma la calidad constructiva proveniente de la industrialización del encofrado.
En cuanto a las casas mencionadas, si bien el encofrado es de producción industrializada, las terminaciones se realizan de manera tradicional, por lo tanto, nos encontramos frente a un sistema semi-industrializado.
¿Por qué elegir este sistema?
Rapidez: los moldes se arman con facilidad y esto permite avanzar de forma muy rápida usando poca mano de obra y disminuyendo el margen de error humano. Además, el tiempo de obra gruesa que solía durar entre 8 y 10 meses para casas de 80 m2, se reduce a 4 meses.
Eficiencia: los moldes (encofrados) son construidos en aluminio en forma específica para una casa determinada y con un alto nivel de precisión en cuanto a geometría, escuadras y planos. Esto permite que el muro quede con un alto nivel de terminación evitando la necesidad de revoque fino y grueso, por lo que se requiere menos material y menos tiempo.
Solidez: al reemplazar la pared de ladrillo cerámico hueco por un muro de hormigón armado, se logra que la platea, los muros y las losas que forman la estructura, trabajen en forma monolítica, más fuertes y estables que las paredes de mampuesto.
Sustentabilidad: con este sistema se reducen los desperdicios de materiales porque el volumen está 100% controlado, por lo tanto no se generan costos por limpieza de obra y no se requieren acopios grandes de materiales. Además, las paredes se revisten con materiales aislantes que disminuyen el coeficiente de transmitancia térmica, logrando confort y ahorro energético superiores a las de una pared de ladrillo.
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